martes, 16 de octubre de 2007

Llegar tarde

Llegaste tarde, no pudiste evitar mirar el reloj al entrar a casa para darte cuenta de que tus planes, tu división del tiempo ha sido un fracaso y ahora no sirve de nada. Te recuestas un poco pensando en como reorganizar las escasas dos horas y media que tienes antes de dormirte. Aparece tu primo y cualquier intento de hacer algo se viene abajo, hablando de cosas triviales las dos horas y media se van sin sentirlo e incluso terminas llendote a dormir tarde porque aun faltaba cenar y darte un baño. Por eso no escribiste en tu blog, después de todo hoy a nadie le importa, nadie entra a leerlo, así que nadie va a necesitar de ti, al menos no esta vez ni la próxima ni en mucho tiempo. Despiertas con la firme convicción de escribir hoy, sobre cualquier cosa, llenar el vacío que has dejado el día anterior. Le das vueltas en tu cabeza al nuevo tema, no puedes decidirte por uno o por otro, entonces pones Arrancacorazones de Attaque 77 para iniciar el día, caminas a la parada de autobuses y justo cuando estas a punto de llegar la ves a ella, si, a la misma que hace unos meses le dedicaste la misma canción, si, aquella que alguna vez creíste era la mujer de tu vida. A pesar del sueño y de las pocas ganas, haces tu mejor cara de idiota y pones la mejor sonrisa que eres capaz de dibujar en tu cara a las 6 de la mañana. Sin embargo tu sonrisa no es contestada, ella se limita a voltear la cabeza cada vez que sus ojos se encuentran con los tuyos, tu la retas, te pones a un lado de ella, reproduces los golpes de la batería de alguna canción mas rápida en el tubo desde el que ambos se sostienen, no mueves tu cara, estas todo el tiempo viendo hacia ella. Pero se acaba el tiempo, llegas a donde has de abordar el siguiente autobús y desciendes sin haberlo conseguido, de cualquier manera, piensas, has encontrado los ojos que van a sustituir a sus ojos, la mirada que habrá de mirarte como ella lo hacía, la voz que habrá de cantarte alguna canción que termine por gustarte después de tanto escucharla, solo es cuestión de atreverte y claro de tener mucho mejor suerte que en aquella linda historia que a pesar de todo no volverá.

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