lunes, 8 de octubre de 2007

Cuento

- Desperté con ganas de contar un cuento
- Hableme sobre esa necesidad
- ¿Que le puedo decir? Simplemente al levantarme tenía ganas de contar una historia, a quien fuera
- ¿Y porque no la escribió? Hubiera sido una buena idea
- No la escribí porque nadie iba a leerla
- ¿Como puede saber eso si nunca ha mostrado lo que hace?
- Se nota que no me conoce, tengo miles de lineas publicadas, fui un poco famoso si quiere verlo de esa forma, pero ahora nadie me lee, a nadie le importa lo que escribo
- ¿Como puede decir eso?
- Simple, puedo decirlo porque se de que estoy hablando, a nadie le importo, de esas miles de lineas publicadas nadie se acuerda, al principio me decían "Vas bien", "Sigue asi" Hoy nadie hace comentarios, es como si solo vieran el titulo y decidieran no atenderme.
- Entonces ¿porque sigue ahi? Otro cualquiera en su caso hubiera dejado de publicar
- Por masoquismo, autotortura, me encanta hacerme sufrir, por eso sigo escribiendo, no podría encontrar otra manera de describirlo
- Escriba su cuento, torturese
- No. estoy aqui porque no quiero seguir con eso, yo no creo en los psicologos, pero algo dentro de mi me dice que no hay remedio
- ¿De que trataba su cuento?
- De un sueño que tuve, un sueño sobre un escritor al que nadie leía y terminaba por suicidarse, sin su publico la vida ya no tenía sentido para el.
- ¿No pensara hacer lo mismo?
- Claro que no, si lo hago ¿Quien va a escribir su historia? ¿Lo Haria por mi?
- No, definitivamente lo mio no es escribir, yo solo necesito de quienes escriben
- ¿Quiere decir que necesita de mi?
- Nunca he leido nada suyo, pero dependo de sus... ¿como decirlo?... colegas
- Lo penso demasiado tiempo, me esta mintiendo
- ¿Porque no prueba con la poesia? a la gente le gusta
- ¿Porque me cambia de tema? no me gusta que hagan eso
- Es usted un caso perdido, esta cinicamente enfermo
- Esta bien, escribire en mi nota que usted es el culpable de mi muerte
- Espere, no quise decir eso, tal vez le vendría bien ser psicologo, pienselo, aunque no me escuche, un día yo tambien tuve ganas de contar un cuento y mireme.

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