lunes, 10 de septiembre de 2007
Fantasmas: El regreso
Miras de nueva cuenta la hora, es muy temprano para rendirte, si ya se que hace mucho no lo haces, pero tienes que recuperar toda la practica perdida. Tienes que abrir muy bien los ojos, en cualquier momento, cuando menos te lo esperes alguien tiene que contestar tus miradas con una sonrisa, entonces sera el momento de lanzarte, de empezar una nueva platica. Tal vez no sea la mejora manera, todos te miran y eso hace sentirte fuera de lugar. Los pantalones de punk y la playera de Green Day no combinan bien con un ambiente donde todos van vestidos de vaqueros. Ni siquiera las fresas podrían voltear a mirarte y ya sabes que las personas con tus mismos gustos no van a pararse ahí. Hace casi un año te afeitaste y te pusiste la mejor ropa que tenías para ir a ver a alguien con quien no paso nada. Hace mucho que no pasa nada. Parece que estas entumido ¿como vas a ahuyentar a los fantasmas si no inventas nuevos? Recorres con la vista la plaza de un lado a otro, nada de amigos, no hay caras conocidas, solo estas tu, el diferente contra todo el mundo. Tal vez sea el momento de rendirte de irte a casa derrotado, de meterte bajo las sabanas y pensar que tal vez la próxima puede haber mas suerte. Sin embargo te quedas, giras la cabeza, ahí esta. Por más que lo intentas no puedes recordar su nombre, viene justo hacia ti decidida a saludarte, pero ¿que le vas a decir? que en todo este tiempo ni siquiera pensaste en que existía, que le dejaste muy en claro que no interesaba andar con ella, que te parecía demasiado fea. Las cosas cambian, hoy estas terriblemente solo y ella ya no te parece tan fea, sería tal vez una buena oportunidad para dejar de lado la soledad. Sin embargo la saludas fríamente, no eres capaz de recordar su nombre, ni siquiera las cosas sobre las que solían hablar cuando eran amigos y ella quería algo más. Te despides, inventas cualquier excusa y te metes corriendo a tu casa. No todos los fantasmas son de amor, también hay fantasmas que salen a buscarnos para recordarnos cosas que dejamos inconclusas, para recordarnos que alguna vez hubo tiempos mejores donde muchas personas se fijaron en ti, aunque hoy, esos tiempos no sean sino un recuerdo que te niegas a descartar.
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